sábado, 1 de diciembre de 2012

LA RAZA DE LOS DERBIS

El Real Madrid rinde bajo presión. Cuando llegan los momentos decisivos, cuando se abre el telón de las grandes noches de futbol, los merengues focalizan, levantan las orejas, van en serio. En el reverso, llega el Betis, el partido 'trámite', y se relaja. Tal vez se deba a que el Real Madrid es un equipo de esos que gustan de reafirmarse en su pundonor, de los que sabe distinguir cuando es la honra lo que está en juego y cuando, simplemente, hay que jugar para sumar puntos. La prueba está en que los puntos que se ha dejado por el camino han sido contra equipos menores, mientras que los partidos más conflictivos, en los que hubiera sido razonable perder algún punto, ha salido indemne (o casi). ¿Por qué ocurre eso? ¿Subestiman a sus rivales? La impresión es que este equipo se previene más o menos en la medida que el rival representa una mayor o menor amenaza para sus intereses más directos, pero aún más si lo son para su orgullo -hay que recordar que el Real Madrid gana sistemáticamente al Atlético, al margen de su posición en la tabla, y es que en los 'derbis' se libran batallas que trascienden de la cosecha ordinaria de puntos-. Hay partidos que son deudores de la historia y en los que está en juego el prestigio. Ahí hay que dar la cara.

Los grandes derbis se cuecen antes del pitido inicial, en los periódicos, en las ruedas de prensa, en las sesiones de entrenamiento y los vestuarios. Están señalados en rojo en el calendario, y eso significa que, sea cual sea el estado de salud con el que el equipo llegue a ese día, hay que dejarse la piel. Cuando se acerca la fecha de 'el partido', no cabe otra cosa en la que pensar, y entorno a ese acontecimiento se genera una expectación de la que los futbolistas no son ajenos. Y cuando empieza 'el partido', empieza 'el partido'. Reluce en la intensidad, en el ritmo, en la presión, en la concentración. Hoy era uno de esos partidos y el Real Madrid ha salido a morder. Si bien el rival ha resultado ser un cordero con piel de lobo -un inocuo Atlético de Madrid que no ha estado a la altura de la expectativa, muy por debajo del nivel que venía exhibiendo hasta ahora-, el Real Madrid ha salido con otra actitud, con esa bravura suya que tanto temor infunde a sus rivales. Cabe pensar que si esta fuera la constante, el Real Madrid sería un serio rival del Barça para esta Liga. Pero no.

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